¿Que es el magnetismo?
El magnetismo
o energía magnética es un fenómeno físico por el cual los objetos ejercen
fuerzas de atracción o repulsión sobre otros materiales. Hay algunos materiales
conocidos que han presentado propiedades magnéticas detectables fácilmente como
el níquel, hierro, cobalto y sus aleaciones que comúnmente se llaman imanes.
Sin embargo todos los materiales son influidos, de mayor o menor forma, por la
presencia de un campo magnético.
Cada electrón
es, por su naturaleza, un pequeño imán (véase momento dipolar magnético
electrónico). Ordinariamente, innumerables electrones de un material están
orientados aleatoriamente en diferentes direcciones, pero en un imán casi todos
los electrones tienden a orientarse en la misma dirección, creando una fuerza
magnética grande o pequeña dependiendo del número de electrones que estén
orientados.
Además del
campo magnético intrínseco del electrón, algunas veces hay que contar también con
el campo magnético debido al movimiento orbital del electrón alrededor del
núcleo. Este efecto es análogo al campo generado por una corriente eléctrica
que circula por una bobina (ver dipolo magnético). De nuevo, en general el
movimiento de los electrones no da lugar a un campo magnético en el material,
pero en ciertas condiciones los movimientos pueden alinearse y producir un
campo magnético total medible.
El
comportamiento magnético de un material depende de la estructura del material
y, particularmente, de la configuración electrónica.
HISTORIA
Los fenómenos
magnéticos fueron conocidos por los antiguos griegos. Se dice que por primera
vez se observaron en la ciudad de Magnesia del Meandro en Asia Menor, de ahí el
término magnetismo. Sabían que ciertas piedras atraían el hierro, y que los
trocitos de hierro atraídos atraían a su vez a otros. Estas se denominaron
imanes naturales.
El primer
filósofo que estudió el fenómeno del magnetismo fue Tales de Mileto, filósofo
griego que vivió entre 625 a. C. y 545 a. C.1 En China, la primera referencia a
este fenómeno se encuentra en un manuscrito del siglo IV a. C. titulado Libro
del amo del valle del diablo: «La magnetita atrae al hierro hacia sí o es
atraída por éste».2 La primera mención sobre la atracción de una aguja aparece
en un trabajo realizado entre los años 20 y 100 de nuestra era: «La magnetita
atrae a la aguja».
El científico
Shen Kua (1031-1095) escribió sobre la brújula de aguja magnética y mejoró la
precisión en la navegación empleando el concepto astronómico del norte
absoluto. Hacia el siglo XII los chinos ya habían desarrollado la técnica lo
suficiente como para utilizar la brújula para mejorar la navegación. Alexander
Neckham fue el primer europeo en conseguir desarrollar esta técnica en 1187.
Peter
Peregrinus de Maricourt, fue un estudioso francés del siglo XIII que realizó
experimentos sobre magnetismo y escribió el primer tratado existente para las
propiedades de imanes. Su trabajo se destaca por la primera discusión detallada
de una brújula. El cosmógrafo español Martín Cortés de Albacar, formado en
Zaragoza y en la escuela de pilotos de Cádiz, descubrió y situó el polo
magnético en Groenlandia en 1551 para los navegantes españoles e ingleses (su
libro fue traducido y muy reimpreso en Inglaterra) facilitando así
considerablemente la navegación. Galileo Galilei y su amigo Francesco Sagredo
se interesaron en el magnetismo engastando un buen trozo de roca magnética de
más de kilo y medio en un bello artilugio de madera; la magnetita se disponía
de tal manera que, a modo de imán, atraía una bola de hierro de casi cuatro
kilos de peso; pero la falta de aplicaciones prácticas y económicas del invento
desalentó más experimentación por parte de estos destacados científicos
italianos.3 En 1600 el médico y físico William Gilbert publicó en Londres su
obra De magnete, magneticisque corporibus, et de magno magnete tellure;
Physiologia noua, plurimis & argumentis, & experimentis
demostrata("Sobre el imán y los cuerpos magnéticos y sobre el gran imán la
Tierra"), para abreviar citado como De magnete, que estableció las bases
del estudio profundo del magnetismo consignando las características y
tipologías de los imanes y realizando todo tipo de experimentos cuidadosamente
descritos. Observó que la máxima atracción ejercida por los imanes sobre los
trozos de hierro se realizaba siempre en las zonas llamadas "polos"
del imán. Clasificó los materiales en conductores y aislantes e ideó el primer
electroscopio. Descubrió la imantación por influencia y fue el primero en apercibir
que la imantación del hierro se pierde al calentarlo al rojo. Estudió la
inclinación de una aguja magnética concluyendo que la Tierra se comporta como
un gran imán.
El conocimiento del
magnetismo se mantuvo limitado a los imanes hasta que en 1820 Hans Christian
Ørsted, profesor de la Universidad de Copenhague, descubrió que un hilo
conductor sobre el que circulaba una corriente que ejercía una perturbación
magnética a su alrededor, que llegaba a poder mover una aguja magnética situada
en ese entorno.4Muchos otros experimentos siguieron con André-Marie Ampère,
Carl Friedrich Gauss, Michael Faraday y otros que encontraron vínculos entre el
magnetismo y la electricidad.James Clerk Maxwell sintetizó y explicó estas
observaciones en sus ecuaciones de Maxwell. Unificó el magnetismo y la
electricidad en un solo campo, el electromagnetismo. En 1905, Einstein usó
estas leyes para comprobar su teoría de la relatividad especial,5 en el proceso
mostró que la electricidad y el magnetismo estaban fundamentalmente vinculadas.
ELECTROMAGNETOS
Un
electroimán es un imán hecho de alambre eléctrico bobinado en torno a un
material magnético como el hierro. Este tipo de imán es útil en los casos en
que un imán debe estar encendido o apagado, por ejemplo, las grandes grúas para
levantar chatarra de automóviles.
Para el caso
de corriente eléctrica se desplazan a través de un cable, el campo resultante
se dirige de acuerdo con la regla de la mano derecha. Si la mano derecha se
utiliza como un modelo, y el pulgar de la mano derecha a lo largo del cable de
positivo hacia el lado negativo ( "convencional actual", a la inversa
de la dirección del movimiento real de los electrones), entonces el campo
magnético hace una recapitulación de todo el cable en la dirección indicada por
los dedos de la mano derecha. Como puede observarse geométricamente, en caso de
un bucle o hélice de cable, está formado de tal manera que el actual es viajar
en un círculo, a continuación, todas las líneas de campo en el centro del bucle
se dirigen a la misma dirección, lo que arroja un 'magnética dipolo ' cuya
fuerza depende de la actual en todo el bucle, o el actual en la hélice
multiplicado por el número de vueltas de alambre. En el caso de ese bucle, si
los dedos de la mano derecha se dirigen en la dirección del flujo de corriente
convencional (es decir, el positivo y el negativo, la dirección opuesta al
flujo real de los electrones), el pulgar apuntará en la dirección
correspondiente al polo norte del dipolo.
LEVITACION MAGNETICA
La levitación
magnética, también conocida por su acrónimo inglés Maglev, es un método por el
cual un objeto es mantenido a flote por acción únicamente de un campo
magnético. En otras palabras la presión magnética se contrapone a la gravedad.
Cabe decir que cualquier objeto puede ser levitado siempre y cuando el campo
magnético sea lo suficientemente fuerte.
El teorema de
Earnshaw demuestra que utilizando únicamente el ferromagnetismo estático es
imposible hacer a un objeto levitar establemente contra la gravedad, pero el
uso de materiales diamagnéticos, servomecanismos o superconductor hacen posible
dicha levitación.
Las
aplicaciones más comunes de la levitación magnética son los trenes Maglev, el
rodamiento magnético, y la levitación de productos para su exposición. En un
futuro, y si llegamos a controlar la fusión nuclear, otra utilidad de la
levitación magnética podría ser la levitación del plasma. Esta sería la única
manera posible ya que los millones de grados a los que ocurre este fenómeno
derretirian cualquier contenedor.
TREN DE LEVITACIÓN MAGNÉTICA
El transporte
de levitación magnética, o tipo maglev, es un sistema de transporte que incluye
la suspensión, guía y propulsión de vehículos, principalmente trenes,
utilizando un gran número de imanes para la sustentación y la propulsión a base
de la levitación magnética.
Este método
tiene la ventaja de ser más rápido, silencioso y suave que los sistemas de
transporte colectivo sobre ruedas convencionales. La tecnología de levitación
magnética tiene el potencial de superar 6.440 km/h (4.000 mph) si se realiza en
un túnel al vacío.1 Cuando no se utiliza un túnel al vacío, la energía
necesaria para la levitación no suele representar una gran parte de la
necesaria, ya que la mayoría de la energía necesaria se emplea para superar la
resistencia del aire, al igual que con cualquier otro tren de alta velocidad.
La mayor
velocidad obtenida hasta ahora fue de 603 km/h en la ruta Yamanashi el 21 de
abril de 2015.2 Unos días antes llegó a alcanzar los 590 km/h,3 el 16 de abril
de 2015, en la misma ruta, siendo 15 km/h más rápido que el récord de velocidad
del TGV convencional
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